A veces los objetos nos gustan y nos son importantes, no tanto por el valor material sino por lo que representan.
Romeo mi gato, es un especialista en romper lo que mas me gusta!
Así que traté de darle una nueva vida a dos platicos de Murano.
El primero que trabajé fueron los pedazos del plato azul a los que convertí en «piedras marinas» gracias a una pasta muy fácil de emplear.
El Segundo, fue mi plato amarillo, que tenía mas posibilidades de ser restaurado; conseguí unir las dos partes gracias a un pegante instantáneo y al ser demasiado visible la línea, opté por resaltar el defecto gracias a unas pinceladas con acrílicos…
Que les parece el resultado?
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Me parece una idea muy buena
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Buenisimo!!! El amarillo, parece que riginalmente ese era su diseño….y me encanto la pasra, no la conocia….
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