Encontré en un mercadillo, una vieja mesa de madera de roble con golpes y manchas pero me pareció muy bonita. Al traerla a casa me di cuenta de que no hacía parte del estilo y que debía encontrar una solución para que pudiese formar parte del conjunto si tener que perder mi fin de semana trabajando. Asi que vean lo que hice:
- La limpié con una solución de agua y vinagre blanco, frotando bien y cambiando la mezcla varias veces.
- Con la ayuda de una lijadora eléctrica lijé ligeramente la mesa.
- Volvi a limpiar la mesa hasta quitarle el polvo.
- Con pintura acrílica negra mezclada con agua, pinté la tabla ligeramente para darle un tono oscuro con visos negros que hiciera juego con la mayoría de los muebles y sobretodo con las sillas del comedor.
- Luego pinté la base y las patas con la ayuda de una brocha y con vinilo blanco.
- Dejé secar y luego lijé todo muy superficialmente para finalmente sellar con cera de abejas.
- Con un paño quité el excedente y pulí para darle uniformidad a todo.